Nuestra tercera inmersión en esta ruta en búsqueda del auténtico cachopo castizo nos llevó hasta el restaurante el Cogollo, en la calle de la Lechuga, a un paso de la plaza Mayor.
Lo conocimos saltando de enlace en enlace en internet, porque fue el ganador de una de las rutas del cachopo organizada en Madrid. Realmente íbamos sobre seguro, no hay nada más que ver que la valoración y comentarios que tiene el restaurante en Trypadvisor, y sobre todo el puesto que ocupa entre los restaurantes de la capital (9 de entre casi 7000).
En primer lugar decir que el restaurante no es muy grande, tendrá un aforo de entre unas veinte y treinta personas, así que decidimos reservar. No tuvimos problema, quizás porque era entre semana, aunque en días más conflictivos no vendría mal reservar por teléfono.
El restaurante en es el típico bar con comedor dentro, como los de menú del día. Es más bien feo y no muy nuevo, para que engañarnos, pero está limpio y para los que no somos unos sibaritas es más que suficiente.
Los camareros te aconsejan u orientan sobre lo que pedir, lo cual puede ser una gran ayuda. Eran todos muy agradables, pero sobre todo, tan atento era el camarero que podría escribir una entrada dedicada únicamente a sus anécdotas e historias personales, tanto suyas como de sus cuñados. A lo mejor si repetimos me animo a hacer un blog para él solo, así tendría excusa para ir más a menudo.
Al contrario que en los anteriores, no había ninguna oferta especial, había que "tirar de carta", pero los precios no eran caros, así que no hay problema.
Pedimos de primero dos entrantes para compartir, cecina con queso de rulo de cabra, y huevo rotos con picadillo de chorizo. La cecina es la mejor que he probado, sencillamente buenísima. Los huevos rotos estaban buenos, pero con la mezcla de las patatas, el huevo frito y el picadillo, se hacían demasiado grasos. De haber sabido lo que se venía encima, tendríamos que haber prescindido de ellos o elegir otro entrante más suave.
cecina con queso de rulo de cabra
huevos rotos con picadillo de chorizo
De segundo pedimos los cachopos. Bajo recomendación de la simpática camarera, no nos hicimos los héroes y pedimos tres cachopos para seis personas. Y cuanta razón llevaba.
el majestuoso cachopo
Los cachopos eran enormes, calculo que más que un folio, y venían con sus patatas y sus pimientos. Creo que eso no se lo come una persona normal aun sin haber comido entrantes.
Los filetes estaban muy bien hechos, se deshacían en la boca. El queso era abundante aunque no muy fuerte, por lo que daba el sabor justo. Y el rebozado estaba en su punto justo. Eran casi casi perfectos.
El único problema era que era tal la cantidad de queso, que cuando se enfriaba, se hacía difícil de comer, sobre todo cuando empiezas a estar saturado. Esto es un problema fácilmente evitable, tanto por el restaurante, que podría echar menos queso pero más sabroso, como por nosotros, que de haberlo sabido los habríamos pedido más escalonados y dividido en más trozos, para que no diera tiempo a enfriarse.
el queso muy fundido y el rebozado muy crujiente
De postre pedimos también para compartir una tarta de nata y fruta de la pasión, muy buena y totalmente recomendable, y un arroz con leche, bastante normalito para su precio. Se portaron bien porque nos regalaron unos
tarta de fruta de la pasión
arroz con leche
Con los cafés tampoco se portaron nada mal, porque nos dejaron en la mesa unas botellas como de 200 ml de tres licores (pacharán, hierbas y crema de orujo). Supongo que era para que nos tomáramos un chupito, aunque nosotros, que somos muy agradecidos, nos las bebimos enteras.
Al final nos salió todo tan solo por unos 20€ por cabeza, lo cual parece impensable para lo que comimos y las botellas de sidra con las que lo acompañamos.
por fin, la factura (para 6 personas)
En resumen, fue todo tan bueno que seguro que vamos a repetir. No se si también será nuestra cuarta y quinta inmersión...
Altamente recomendable.
Altamente recomendable.
