Para esta nueva quedada de cachoperos nos hemos ido hasta el
barrio de Goya, al lado del retiro, al restaurante Casa Portal.
Lo conocimos ya que participará en las
Jornadas del Cachopo 2015, del que ya os hablamos en una entrada anterior. Las
referencias en Tripadvisor no eran malas, y aunque es cierto que no hablaban
mucho del Cachopo en sí, suelen ser consecuentes con la calidad en general.
Normalmente no suelo consultar en profundidad la página
web del propio restaurante, porque lógicamente todo es maravilloso.
Primer error.
Reservamos, pero no hubiera hecho falta, ya que éramos
10 personas en total, de un aforo de 40 aprox.
La decoración por fuera es tradicional, parece la de un bar con solera que ha
querido mantener su identidad, como si fuera el café Gijon. Nada más entrar nos golpea un fuerte olor a cabrales. Nos íbamos
a hinchar.
La decoración interior es como la de un bar antiguo de Asturias. Hay una delgada línea
entre lo tradicional y lo trasnochado, entre lo vintage y lo viejo, entre lo clásico
y lo viejuno, y este restaurante ha traspasado esa línea posicionándose
claramente en la segunda acepción de cada pareja.
Al lío.
Como siempre quedamos un rato antes de la hora de la reserva para
tener tiempo a tomar unas cervezas en el bar y ver que tal pinchos ponen.
Solemos cenar muy pronto, porque algo que la experiencia nos ha demostrado es
que si nada mas cenar te vas a la cama, te dura el cachopo hasta la noche
siguiente.
Las tapas prometían, de primeras un bollo preñado, con
chorizo y huevo. No podía estar más seco y mas duro. Esos eran mayores de edad. Le siguieron unos
trozos de pan Bimbo untados con algo y una tortilla que claramente era comprada,
quizás hasta congelada.
Por cierto, el camarero tuvo la habilidad de servir tres rondas sin ni siquiera abrirla boca.
Muy majo él.
Bollos preñados y San Miguel |
Por cierto, el camarero tuvo la habilidad de servir tres rondas sin ni siquiera abrir
Vamos para dentro. De momento cero. Los cachopos serian mejor.
Para pedir los entrantes fue complicado, había
poca variedad y sobre todo subido de precio. Mientras nos decidiamos nos pusieron un salmorejo de la casa. Buen detalle, además que estaba bueno. Pedimos unas socorridas croquetas,
de cabrales y de verduras, que estaban muy buenas, y una tortilla de bacalao.
Previamente preguntamos si iba a ser como la que nos sirvieron fuera (una
mierda) pero con bacalao. Y no, eran caseras, pero era una tortilla francesa
con bacalao. Muy buena, pero muy pequeña para su
precio y muy distinta a lo que esperábamos.
Llegó
la hora del cachopo. En este caso no había
variedades, así
que tan solo tuvimos que elegir la cantidad. Aconsejados
por el camarero pedimos uno para cada dos.
Croquetas de Verdura / Cabrales |
Tortilla de Bacalao |
El tamaño era grande, de los mayores que hemos visto, y venían
cortados y acompañados de patatas fritas caseras y pimientos de piquillo por encima.
A primera vista se les veía compactos y un poco tostados.
Al servirlos, el color ya no apuntaba, el queso era rosa de haberse mezclado con la sangre, lo cual no tendría por que ser malo, porque significaría que estaban frescos, pero por alguna razón mosqueaba ya que no nos lo habíamos encontrado nunca. El rebozado era perfecto, no tenía ni un drugo y era demasiado uniforme. De nuevo estamos en lo de antes, debería ser algo bueno, pero huele mal.
El filete estaba muy duro, muy seco, lo que no cuadraba con la presencia de sangre.Corte (en rosa) |
Lo de las patatas no tiene explicación. Quizás el aceite un poco
frío. Malas.
Aún así
no sobró mucho. Quizás
por la sidra, que esa sí
estaba buena.
De postre pedimos un arroz con leche casero. Unos cuencos planos,
con una mano de azúcar tostada a soplete y que habían formado un
caramelo tan duro que casi no se notaba el sabor del mismo arroz. Me imagino al
cocinero creyéndose un Dabiz Muñoz con el soplete de los
chinos... Tirando a malo también.
Arroz con leche |
Al final nos invitaron a una copita de licor de hierbas (esta vez
no nos dieron a elegir entre varios licores) que bueno, aunque buen detalle, no
apaciguó el descontento general.
Os acordáis cuando os hablaba al principio que el primer error de no mirar
la web del restaurante? Pues aquí está el intríngulis. No es muy habitual, pero en la página está la carta incluyendo los precios. Si hubiera mirado me hubiera dado
cuenta que el pseudo cachopo costaba nada menos que 26€, el más
caro con diferencia hasta la fecha.
Al final 28€ por cabeza. Exagerado.
No volveremos. Y ellos ya pueden espabilar y bajar el precio si
quieren hacer algo en las Jornadas del Cachopo de Madrid, porque es algo que
está en auge y puede ser el principio del fin.
"La dolorosa" |
Mención especial a nuestro invitado ilustre de la noche, Toni, que se
desvirgaba en esto del Cachopo y lo hizo con mala pata, pero ni siquiera
protestó. Te prometemos que a la siguiente te llevamos a uno de los que
vamos sobre seguro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario